El budismo zen es una milenaria tradición espiritual que nació en India con Buddha Shakyâmuni. Su práctica y experiencia de conocimiento pasaron a China y a otros países del sudeste asiático. Destacan las figuras y legado de maestros chinos como Kanchi Sôsan o Sekito Kisen, referentes en la tradición budista oriental. Igualmente, será el maestro Eihei Dôgen que impulsó la escuela Soto Zen en Japón en el siglo XIII. Son muchos otros nombres los que inspiran nuestra práctica meditativa como Menzan Suihô, Jiun Sonja, Ryotan Tokuda, Kodo Sawaki, Taisen Deshimaru...
Con el transcurso de los siglos el budismo, y más concretamente la Vía del Zen, verá florecer sus enseñanzas en Occidente donde cuenta con muchos centros, maestros y practicantes asiduos. El maestro zen Denkô Mesa, director espiritual de la Comunidad Budista Zen Luz del Dharma, tras completar satisfactoriamente su formación, en el año 2005 es reconocido como maestro zen, recibiendo posteriormente el 8 de diciembre de 2023 una segunda Transmisión del Dharma (shihô) a través de Éric Rommeluère (Jiun Dôjô) perteneciente al linaje de la escuela Sôtô.
Desde la tradición budista y el propio sentir como occidentales, permanecemos abiertos a otras tradiciones espirituales, disciplinas, ciencias o corrientes de pensamiento que trabajen por el bienestar y el desarrollo integral de los seres humanos.
Permanecemos abiertos a otras tradiciones
En la vía del zen cobra una enorme importancia el hecho de sentarse en una postura correcta, a través de una respiración adecuada y desarrollando una actitud de conciencia justa. Son aspectos fundamentales que no deben ser nunca olvidados. Son muchas las personas que acuden a nuestros centros al sentir la necesidad de tomar contacto con su propia existencia, si bien, muchos no saben cómo hacerlo ni cómo enfocar la práctica.
La tradición del budismo zen muestra que no hay dentro ni afuera, ni tú ni yo. Es nuestra dualidad la que genera fronteras y separabilidad y ello es debido a un error perceptivo. La práctica de la atención suple esta deficiencia y aporta sentido a nuestro ser y estar en la sociedad donde convivimos. Gracias al desarrollo y puesta en marcha de nuestras potencialidades como seres humanos, nos percatamos que somos un siendo en los otros; convivimos en común unidad, vibramos en interdependencia y fluimos juntos sin distancias ni fronteras.
Es nuestra dualidad la que genera fronteras y separabilidad
Teniendo esto en cuenta, los centros de práctica (zendo) de la Comunidad Budista Zen Luz del Dharma tienen como principal propósito la difusión y favorecimiento de la práctica y el estudio de la meditación zen, herramientas favorables para el camino del auto conocimiento y la auto transformación, a través de las cuales cada persona acepta la responsabilidad de su propia existencia y de vivirse libremente tal y como es, sintiendo en cada momento cuál es la mejor manera de hacer, estar y relacionarse.
La autoestima, la dignidad, el respeto, la confianza y la solidaridad son esenciales para vivir con calidad, por eso la razón de ser en los centros adscritos a la Comunidad Budista Zen Luz del Dharma pasa por el fortalecimiento de estos valores mediante acciones que fomenten la educación, la salud y la cultura, en definitiva, la mejora y el bienestar social.
Cada persona acepta la responsabilidad de su propia existencia y de vivirse libremente