«Reposar en la calma del ahora, permanecer recogidos en la intimidad, adentrarnos juntos en el lenguaje del silencio y escuchar su melodía es un gran regalo. He aquí el arte de la contemplación serena.»
Esta es la esencia de la meditación sedente que en nuestra tradición llamamos zazen. La fortaleza de dicha experiencia se aviva cuando meditamos juntos. El maestro Taisen Deshimaru insistía en el calor y el fuego que aportan muchos leños de una misma hoguera.
La meditación presencial y en grupo anima al practicante a profundizar en el viaje del autoconocimiento. En la Comunidad Budista Zen Luz del Dharma proponemos distintos horarios. Tienes la información en el apartado centros de meditación.
Para asistir a la meditación presencial, el practicante debe llegar al centro con la suficiente antelación (como mínimo unos veinte minutos), de forma que pueda cambiarse la ropa, hacer algunos ejercicios de estiramiento y crear una disposición interna de quietud y apertura interior.
La ropa que hemos elegido para meditar dentro del zendo se compone de pantalones largos o falda de color negro y camisa blanca. Igualmente, hemos elegido un modelo específico para la práctica meditativa, siguiendo el estilo de la tradición sōtō zen. Se llama samue. Cualquier persona podrá vestirlo.
«La meditación es una experiencia total. Pone en juego a la vez el cuerpo, la respiración y la mente. Fundamentalmente, no hay mas que tres puntos de los que acordarse durante el aprendizaje de la meditación; tienen que estar estables, tienen que estar tónicos, tienen que sentirse cómodos.»
En el espacio de meditación verán que no hay (casi) nada. No se desconcierten. Quitamos las imágenes, para tocar la realidad desnuda de la experiencia. ¿Pueden realmente reencontrarse con ustedes mismos? Directamente y sin el intermediario de alguna cosa. Así pues, un espacio es ofrecido.
Una vez pasada la puerta de entrada, se inclinan con las manos juntas en un gesto de gratitud. Cogen un cojín redondo para sentarse encima. Lo palpan cuidadosamente. ¿Es suficientemente compacto, suficientemente ancho?
Tienen que aprender a juzgar los cojines, a encontrar aquel que esté adaptado a su propia morfología. Y después se sientan de cara a la pared.
Meditar es silencio.
Meditar es quietud.
Meditar es presencia.
Meditar es soltarte.
Meditar es abandonarte.
Meditar es dejarte sostener por la experiencia.
Meditar es encontrar la armonía entre el fondo vacío de todos los fenómenos y su apariencia en cada nuevo ahora.
Meditar es danzar con todas las existencias.
Meditar no es nada.
Meditar lo es todo.