¡Fugacidad del aire perfumado!
Y la luz
que allí entraba
lo hacía vestida en blanco.
En el fondo del fondo,
como en un vacío habitado,
reposando quedan los almendros,
liberando pensamientos entre efímeros instantes.
¡Fugacidad del aire perfumado!
Se expandía quieto en el ahora
aquel aroma de lo eterno.
Sobre la mesa
conjugadas quedan las palabras:
eres
un siendo
en nosotros