“Las flores del Dharma hacen girar las flores del Dharma”, cuentan que escribió Giun, quinto abad del monasterio de Eiheiji. Una vez escuché decir a mis maestros que un practicante del Dharma mira al mundo como un mandala y a los seres que lo habitan como las deidades del mandala. Esto lleva a ver la vida como un acontecimiento extraordinario en sí misma, sucediendo por la interacción de múltiples causas y desplegándose en una miríada de fenómenos que se presentan nuevos, limpios y frescos a cada momento. Si hay algo permanente es el cambio. Sucede lo mismo con la Sangha, se renueva practicante a practicante, generación tras generación desde hace 2600 años, haciendo que siga girando la flor del Dharma. Sin ella no sería recordado ni el Buddha ni transmitido el Dharma.
La vida es sagrada, los seres son sagrados, las Tres Joyas también son sagradas y un lugar fiable de Refugio. Decimos tomamos Refugio en el Buddha, tomamos Refugio en el Dharma, tomamos Refugio en la Sangha y lo hacemos hasta el Despertar, para el bien de todos los seres. Esto no son meras palabras, son una intención, una determinación, un compromiso para con la vida misma y una llamada al servicio. Podemos plantear que hay un Refugio primigenio y fundamental en el Buddha Sakyamuni, el Dharma por el enseñado y en la Sangha por el creada. Luego hay un aspecto interno del Refugio, nos refugiamos en nuestra propia conciencia búdica, en la interiorización de la enseñanza como vía de transformación y reconocimiento de nuestra conciencia despierta y sabia, y en la Sangha como manifestación viva y apertura interna a quienes siguen las enseñanzas derivadas de Sakyamuni, sin exclusión alguna y en un sentido de fraternidad y solidaridad general. Algunos dicen que hay una sangha diferente entre los ordenados o no, los realizados o no, pero en sentido interno no es así, si se ve al Buddha en todos los discípulos y las Tres Joyas en cada una de sus diversas líneas y practicantes. No podemos hacer distinciones, el Buddha no las hacia, hay un hilo en nuestros corazones que nos lleva a una misma fuente, Sakyamuni. En esta Sangha hay una característica, tal y como transmitía el propio Tathagata “el apoyo mutuo y fortalecimiento del esfuerzo unos de otros, observando las reglas con decencia, siendo cariñosos, respetuosos y hospitalarios, actuando y obrando con honestidad y justicia, fraternidad, bondad, generosidad y caridad. Es decir, vivir con rectitud haciendo el bien. Podría decirse que, como practicantes del Dharma, al tomar Refugio y los Preceptos expresamos realmente el verdadero sentido de la fraternidad humana.
También hay un Refugio Último, el desarrollar la capacidad de ver a todos los seres humanos como nuestros Maestros, todas las enseñanzas y todas las comunidades que trabajan por el bien, la virtud y la justicia, como manifestación de las Tres Joyas en lo universal, en un mismo espíritu de verdadera fraternidad y unidad en la diversidad. Se dice que quien vive conforme al Dharma, el mismo Dharma le ayuda y protege. El Buddha enseñó el Dharma de muchas maneras diferentes, si esto es así, no hay monopolios de la verdad ni caminos únicos ni excluyentes, no caben separaciones ni consideraciones de unos caminos como más elevados que otros, pues cada uno de ellos es completo en si mismos y, por ello, en esta percepción, sentir que entre cada uno de los practicantes, desde sus corazones, está tendido ese hilo que, partiendo desde el Buddha mismo, nos une y nos transciende, con gratitud ante los que fueron, con gratitud ante los que están y con gratitud ante los que vendrán y a quienes nos debemos. Si el Buddha no establecía diferencias no conviene establecerlas entre nosotros. Ta kaze, ven y ve, decía a los buscadores. Que esas mismas palabras puedan ser expresadas por cada uno de nosotros, en cada una de nuestras comunidades y sentirnos discípulos inspirados en un mismo Dharma y, en un mismo espíritu, sentirnos miembros de una Comunidad Universal.
Un abrazo fraterno.
Acharya Alejandro Torrealba, Dharmamitra
Director del Centro de Yoga Milarepa y de la Arya Marga Sangha