Crónica del retiro de Primavera

Por Ana Brito
(Bodhisattva Sabiduría Ancestral)

Del 13 al 17 de abril de 2022 se ha celebrado en el Ashram Arautápala de La Orotava (Tenerife) el retiro de primavera de la Comunidad Budista Zen Luz del Dharma.
 
Esta Sesshin contó con la participación de quince personas. Entre los asistentes había quienes se iniciaban en esta andadura del conocimiento y la introspección, y también practicantes de largo recorrido.  Entre estos últimos cabe mencionar la compañía de un querido practicante procedente de Lituania.
 
Como es ya habitual, durante el retiro se realizaron varias sesiones de Zazen (meditación en posición sentada de loto o medio loto), de Kinhin (meditación en movimiento), Samu (trabajos conscientes), Dokusan (entrevistas con el maestro) y varios Teishô (enseñanzas del Maestro).

En este encuentro, por vez primera en un retiro primaveral, se produjo la Ordenación de cinco nuevos Bodhisattvas. Con ellos se va acrecentando y expandiendo la familia budista zen. Los nuevos ordenados estuvieron arropados en este momento especialmente emotivo y sagrado por familiares, amigos y miembros veteranos de la Sangha. Los Bodhisattvas asumen como parte de sus votos el compromiso de compartir la Luz de la Conciencia y a cuidar y a atender los Tres Tesoros: Budha, Dharma y Sangha. Ellos, con su práctica, contribuirán al Despertar Universal, como las gotitas de agua contribuyen a la formación del Océano.
 
El día de la Ordenación amaneció brillante y cálido como el abrazo de un ser querido. Había una alegría serena en el ambiente. Pero, ¿por qué querría alguien dar este paso? ¿Qué significado tiene?¿Qué nos empuja a hacerlo? Posiblemente haya tantas respuestas como Bodhisattvas. La mía es tan simple y natural como colocar un ramo de flores en un jarrón de agua, cuidar un jardín, amamantar a un hijo o respirar. No hay un motivo concreto, sino el reconocimiento y aceptación de lo que somos: seres de luz y conciencia. Y es el compromiso por trabajar desde la conciencia en hacer de este mundo un lugar mejor del que estaba cuando llegamos. Todos tenemos esta capacidad, y tal vez no sea éste el único camino que lo permita. Pero la vía del Dharma permite vernos como realmente somos, sin juicios; nos permite estar presentes en cada acto que realizamos, siendo conscientes; y nos lleva a un estado sereno de felicidad y bienestar, sin resaca. La pregunta que ahora cabría hacerse sería: ¿quién no querría iniciar este camino? ¿Qué estás haciendo por ti?

Creía que vivía
Creía que respiraba,
pero mis días eran grises
y la noche se alargaba
Un día me senté en Zazen
y escuché mi corazón.
Se apaciguó mi mente,
se calmó mi respiración,
todo a mi alrededor cobró sentido
y el silencio me reveló
que en vida estaba muerta
pero con esta dulce muerte
renacía la luz de mi interior.