Sobre estas horas,
las más cansadas de la tarde,
¡cómo soplas!
¡Con qué fuerza emergen tus entrañas,
viento rudo desprendido!
¿Qué me traes hoy escondido en el regazo?
¿Acaso son las buenas nuevas de lo antiguo?
Hay un algo
que contigo siempre se conmueve,
aquí, bastante adentro,
cada vez que soplas, viento rudo,
y me traspasas tan callado
como si un extraño fueras
y te adentraras fugitivo entre las sombras de mi casa.
Errante trotamundos.
¡Qué oscura es tu nítida inmanencia!